La reunión de la Reserva Federal sobre los tipos de interés de esta semana es el acontecimiento central para el mercado. Aunque el mercado había especulado previamente con que la Fed señalaría un inminente cambio de política (FedPivot) tras subir los tipos en 75 puntos básicos. Sin embargo, tras la publicación de una serie de datos económicos, es probable que la Fed no dé una señal de un cambio de política inminente en esta reunión.
Para la Fed, el mercado laboral sigue siendo fuerte y la economía no se ha estancado de forma significativa, pero el índice de precios PCE básico sigue estando en un máximo histórico, y una serie de datos sugieren que la presión de las nóminas seguirá siendo probablemente la principal fuente de contribución a la inflación, y dado que el aumento de los salarios es más bien una presión a medio y largo plazo sobre la inflación, la probabilidad de que Powell lo suelte en este momento es bastante baja.
Al mismo tiempo, el mercado ha empezado a especular sobre si el programa de recompra de bonos del Tesoro estadounidense implica cierto grado de relajación cuantitativa. Esto ha hecho que la versión fiscal del QE sea uno de los temas de debate más candentes en el mercado recientemente.
De hecho, una operación de este tipo está más cerca de una operación "distorsionadora" que del QE, y la posición de la Fed sigue siendo dominante para el enorme mercado del Tesoro estadounidense. El ritmo del tapering sigue estando bastante claro en los balances de los principales bancos centrales.