La marginal mejora de la situación epidémica y la puesta en marcha de políticas de estabilización del crecimiento en agosto impulsaron una ligera mejora de los datos económicos. Sin embargo, dada la presión de la prevención y el control de la epidemia, la evolución de los problemas de liquidez inmobiliaria y el retroceso tendencial de las exportaciones, la futura recuperación de la actividad económica está llena de vericuetos.
En el actual entorno de expectativas económicas y políticas más débiles y una política monetaria todavía acomodaticia, el riesgo de un descenso unilateral sostenido de los mercados de renta variable parece limitado. El cambio de tendencia del mercado depende de un ajuste del balance del sector real que está estrechamente relacionado con la prevención y el control de las epidemias, y con la política inmobiliaria, y merece mucha atención.
Es posible que el centro de atención de la reunión de tipos de la Fed de septiembre, que se celebra este miércoles, no sea la magnitud de la subida de tipos, sino la nueva previsión del SEP sobre los tipos de interés oficiales a finales del próximo año, lo que podría aplazar las expectativas del mercado sobre el momento de una bajada de tipos de finales del próximo año al año siguiente, permitiendo así nuevos ajustes en los activos sensibles a los tipos de interés.
Riesgos: (1) la evolución de la epidemia supera las expectativas; (2) los riesgos geopolíticos