Aumento de los fenómenos meteorológicos extremos en el contexto del calentamiento global. Debido al aumento de los gases de efecto invernadero, al calentamiento global y al proceso acelerado de cambio climático, el entorno natural global en esta etapa muestra tres características principales: en primer lugar, el aumento del clima cálido extremo, en segundo lugar, la tendencia al alza del nivel medio global del mar, y en tercer lugar, el aumento de la intensidad o frecuencia de las precipitaciones extremas/sequías extremas. En el caso de China, continúa la tendencia al calentamiento, con un aumento del calor extremo, un incremento de las precipitaciones medias y un aumento de los fenómenos de precipitación extrema, y se caracteriza por el aumento del nivel del mar, el debilitamiento de los vientos y la reducción de las horas de sol.
Impacto económico: impactos económicos a corto plazo de los fenómenos meteorológicos extremos y despliegue acelerado de tres grandes iniciativas de respuesta. En las dos últimas décadas, China se ha visto muy afectada por fenómenos meteorológicos extremos como sequías, tormentas de nieve, fuertes lluvias e inundaciones en 2006, 2008, 2010, 2016, 2021 y 2022. Las pérdidas económicas directas causadas por los distintos tipos de catástrofes meteorológicas, en porcentaje del PIB de ese año, están en general disminuyendo, pero siguen repercutiendo en la inversión, el consumo y los precios de China. En cuanto a la inversión, las condiciones meteorológicas extremas afectaron a la inversión en activos fijos en China, pero la reconstrucción tras las catástrofes y la mejora de las infraestructuras impulsaron el crecimiento de la inversión. En cuanto al consumo, las condiciones meteorológicas extremas repercutieron en el consumo residencial a corto plazo, pero el impacto no fue muy significativo en algunos años en los que la catástrofe fue grave, y el consumo necesario fue resistente frente a la catástrofe. En cuanto a los precios, las catástrofes meteorológicas tienen un impacto en los precios a corto plazo, pero el impacto es mínimo a medio y largo plazo. La respuesta a los fenómenos meteorológicos extremos puede hacerse de tres maneras: en primer lugar, mejorar la capacidad de alerta de catástrofes meteorológicas y la respuesta de emergencia; en segundo lugar, reforzar la construcción de infraestructuras de prevención y mitigación de catástrofes; y en tercer lugar, hacer un buen trabajo para asegurar la construcción de suministros de emergencia.
Seguridad alimentaria: La seguridad alimentaria se ve afectada por el clima de muchas maneras, siendo el agua y las semillas la clave de la respuesta. El impacto del cambio climático en la seguridad alimentaria incluye la eficacia, la disponibilidad, la eficiencia de uso y la estabilidad, lo que significa que, además de su impacto en la producción de alimentos, el cambio climático también tendrá un impacto en la calidad de los alimentos, los costes de cultivo, el almacenamiento y el transporte. Por cultivos, los rendimientos unitarios de las tres principales cosechas han fluctuado desde el año 2000, con un descenso del 3% en los rendimientos del maíz, un ligero aumento en los del trigo y un incremento del 2,4% en los del arroz en 2007, cuando hubo un clima cálido y seco en muchas partes de China. En 2010 y 2016, el rendimiento del trigo no cambió mucho, el del arroz disminuyó ligeramente y el del maíz aumentó un 3,6% y un 1,4%, respectivamente. Para reducir el impacto negativo del cambio climático en la producción agrícola, se ha destacado la importancia de los proyectos de conservación del agua. En el futuro, mientras se sigue aumentando la superficie de regadío, se reforzará la rehabilitación y el mantenimiento de las infraestructuras de conservación del agua en las tierras de cultivo.
Seguridad energética: el cambio climático puede agravar la contradicción entre la oferta y la demanda, y es necesario equilibrar el objetivo de mitigación y adaptación. Desde el punto de vista de la oferta, los suministros de energía renovable son vulnerables a las perturbaciones de los fenómenos meteorológicos extremos, y éstos también pueden repercutir en los enlaces de transmisión de energía. Desde el punto de vista de la demanda, la demanda de electricidad se ve afectada por los cambios de temperatura, y el clima tiende a ser más extremo o supone un reto para la capacidad de carga del sistema eléctrico. Con la frecuente aparición de fenómenos meteorológicos extremos, la importancia de la energía fósil tradicional para las emergencias a corto plazo ha aumentado, y la tendencia a aumentar la proporción de energía limpia a medio y largo plazo es difícil de invertir. En cuanto a garantizar el suministro de energía, podemos potenciar el papel del almacenamiento de energía para apoyar el consumo de nuevas energías, acelerar el desarrollo de la energía distribuida y mejorar la capacidad de la red para el “despacho de crisis”. En cuanto al consumo de electricidad, podemos aumentar el apoyo al consumo ecológico y construir y desarrollar redes inteligentes. Además, la frecuente aparición de fenómenos meteorológicos extremos puede aumentar la demanda de asistencia interprovincial por excedentes y escasez y el despacho interregional de energía.
Riesgos: el proceso de calentamiento global supera las expectativas, las catástrofes meteorológicas extremas aumentan más allá de lo previsto.